CAMBRIDGE – Las tendencias económicas a veces están más interrelacionadas de lo que se ve en las noticias. Por ejemplo, habitualmente nos encontramos con informes sobre los problemas financieros de los gobiernos, como el «precipicio fiscal» en Estados Unidos y la crisis de la deuda en Europa. Y se ha prestado mucha atención, a menudo en artículos de opinión próximos entre sí, a la visión de que los hiperactivos mercados de acciones, en especial en EE. UU. y el Reino Unido, obligan a las grandes corporaciones a centrarse desproporcionadamente en los resultados financieros de corto plazo a costa de las inversiones de largo plazo en las economías de sus países.
CAMBRIDGE – Las tendencias económicas a veces están más interrelacionadas de lo que se ve en las noticias. Por ejemplo, habitualmente nos encontramos con informes sobre los problemas financieros de los gobiernos, como el «precipicio fiscal» en Estados Unidos y la crisis de la deuda en Europa. Y se ha prestado mucha atención, a menudo en artículos de opinión próximos entre sí, a la visión de que los hiperactivos mercados de acciones, en especial en EE. UU. y el Reino Unido, obligan a las grandes corporaciones a centrarse desproporcionadamente en los resultados financieros de corto plazo a costa de las inversiones de largo plazo en las economías de sus países.