MONTREAL – Los mega-desafíos que abruman al mundo hoy -desde el COVID-19 hasta el cambio climático- han puesto de manifiesto las interdependencias entre la gente, el planeta y la economía. Mientras trazamos un curso para revivir el crecimiento global e impulsar un desarrollo verde, resiliente e inclusivo, no debemos ignorar estas interconexiones. La naturaleza -la biodiversidad y los servicios que brindan los ecosistemas saludables- es central para esta tarea, especialmente en los países en desarrollo, donde la gente pobre en zonas rurales suele depender en gran medida de los servicios de la naturaleza y es la más vulnerable a su extinción.
MONTREAL – Los mega-desafíos que abruman al mundo hoy -desde el COVID-19 hasta el cambio climático- han puesto de manifiesto las interdependencias entre la gente, el planeta y la economía. Mientras trazamos un curso para revivir el crecimiento global e impulsar un desarrollo verde, resiliente e inclusivo, no debemos ignorar estas interconexiones. La naturaleza -la biodiversidad y los servicios que brindan los ecosistemas saludables- es central para esta tarea, especialmente en los países en desarrollo, donde la gente pobre en zonas rurales suele depender en gran medida de los servicios de la naturaleza y es la más vulnerable a su extinción.