NUEVA YORK – Durante los últimos dos años y medio, el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump eligió a Irán como blanco de su presión sostenida (por encima de Rusia, China o Corea del Norte). Se retiró del acuerdo nuclear de 2015 (el Plan de Acción Integral Conjunto, o PAIC), designó a un brazo del ejército iraní (la Guardia Revolucionaria Islámica) como organización terrorista extranjera, impuso sanciones económicas a casi mil personas y entidades, y tomó medidas para que a Irán le resulte extremadamente difícil vender petróleo.
NUEVA YORK – Durante los últimos dos años y medio, el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump eligió a Irán como blanco de su presión sostenida (por encima de Rusia, China o Corea del Norte). Se retiró del acuerdo nuclear de 2015 (el Plan de Acción Integral Conjunto, o PAIC), designó a un brazo del ejército iraní (la Guardia Revolucionaria Islámica) como organización terrorista extranjera, impuso sanciones económicas a casi mil personas y entidades, y tomó medidas para que a Irán le resulte extremadamente difícil vender petróleo.