La competencia sobre las políticas de competencia
Por fin Europa está tomando la competencia en serio, como lo demuestra la decisión de bloquear la fusión de General Electric y Honeywell. La competencia es la base de una economía de mercado dinámica. Sin embargo, como lo reconoció Adam Smith, las empresas inevitablemente buscan restringirla. Se obtienen más ganancias con la creación de monopolios que con productos mejores. El caso Microsoft en Estados Unidos, reveló tanto la variedad de prácticas abusivas como el profundo efecto que el comportamiento anti-competitivo puede tener sobre las innovaciones. Por ello, el gobierno debe ”fijar las reglas del juego” para mantener la equidad y una competencia activa. El compromiso de Europa con la competencia llega un poco tarde. Después de una nueva era de aplicación vigorosa de la legislación antimonopólica bajo la administración Clinton, la administración Bush parece estarse alejando de esa línea. Al mismo tiempo, algunos miembros conservadores de los tribunales federales de Estados Unidos, muchos de ellos nombrados durante la era de Reagan, están restringiendo cada vez más la capacidad del gobierno para supervisar y limitar las prácticas empresariales depredadoras. El equipo antimonopolios de la era de Clinton descubrió y entabló con éxito demandas legales en varios casos de conspiraciones para arreglar precios que rebasaban fronteras y que costaron a los consumidores miles de millones de dólares. Atacaron, por ejemplo, las prácticas de precios depredadoras de las aerolíneas grandes que sacaban del mercado a las más económicas no sólo reduciendo los precios sino también aumentando sustancialmente su capacidad (con grandes pérdidas). Ya que las líneas baratas salían del mercado, las aerolíneas grandes elevaban sus precios y recortaban el servicio nuevamente. La disputa reciente entre Estados Unidos y Europa relativa a la fusión entre General Electric y Honeywell ilustra varios puntos. Principalmente, muestra las virtudes de una competencia fuerte en materia de políticas de competencia. Las autoridades sobre competencia en Europa recogieron la estafeta que la administración Bush había dejado caer. El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, tal vez el funcionario encargado de asuntos económicos más importante de la mayor economía del mundo, es considerado frecuentemente como el vocero semioficial del capitalismo global. En su antiguo cargo de jefe de Alcoa, el Secretario del Tesoro Paul O’Neill hizo lo que todo buen director de una industria hubiera hecho ante una caída en los precios: acudió al gobierno para un rescate oculto que se dio en la forma de un cartel