MADRID – En 1947, dos años después de la aniquilación atómica de Hiroshima y Nagasaki, el Boletín de Científicos Atómicos ideó y presentó al mundo el "Reloj del Apocalipsis" para avivar las conciencias sobre la posibilidad cierta de que la proliferación de armas nucleares condujera a la destrucción catastrófica del planeta. Hoy vale la pena que nos preguntemos si habría que crear un reloj semejante que llamará nuestra atención respecto del peligro de colapso que se cierne sobre la democracia liberal. En ese "Reloj del Apocalipsis Democrático", nos acercamos dramáticamente a la medianoche.
MADRID – En 1947, dos años después de la aniquilación atómica de Hiroshima y Nagasaki, el Boletín de Científicos Atómicos ideó y presentó al mundo el "Reloj del Apocalipsis" para avivar las conciencias sobre la posibilidad cierta de que la proliferación de armas nucleares condujera a la destrucción catastrófica del planeta. Hoy vale la pena que nos preguntemos si habría que crear un reloj semejante que llamará nuestra atención respecto del peligro de colapso que se cierne sobre la democracia liberal. En ese "Reloj del Apocalipsis Democrático", nos acercamos dramáticamente a la medianoche.