ROMA – La aparición este mes del huracán Elsa en el Caribe, mucho antes del inicio habitual de la temporada de huracanes en el Atlántico, es un recordatorio de lo que les aguarda en los años venideros a los pequeños estados insulares en desarrollo (PEID). Estos países ya están sufriendo los efectos devastadores del cambio climático, y ahora tienen que hacer grandes gastos en reparaciones y generación de resiliencia. Puesto que los países ricos y sus empresas gaspetroleras fueron los principales causantes del problema, deben ayudar a cubrir los crecientes costos que el clima genera para los PEID.
ROMA – La aparición este mes del huracán Elsa en el Caribe, mucho antes del inicio habitual de la temporada de huracanes en el Atlántico, es un recordatorio de lo que les aguarda en los años venideros a los pequeños estados insulares en desarrollo (PEID). Estos países ya están sufriendo los efectos devastadores del cambio climático, y ahora tienen que hacer grandes gastos en reparaciones y generación de resiliencia. Puesto que los países ricos y sus empresas gaspetroleras fueron los principales causantes del problema, deben ayudar a cubrir los crecientes costos que el clima genera para los PEID.