PEKÍN – Después de casi un mes de clamores beligerante de Corea del Norte, China parece haberse ya hartado de los mismos, y puso fin a su silencio con relación a la política arriesgada de Corea del Norte y de repente ruge desaprobando las amenazas temerarias de su aliado. Las palabras excepcionalmente duras de China no necesariamente significan que tiene la intención de abandonar al régimen de Kim Jong-un; pero, por lo menos, sugieren que un cambio radical en la política de China con relación a Corea del Norte podría dejar de ser un hecho impensable.
PEKÍN – Después de casi un mes de clamores beligerante de Corea del Norte, China parece haberse ya hartado de los mismos, y puso fin a su silencio con relación a la política arriesgada de Corea del Norte y de repente ruge desaprobando las amenazas temerarias de su aliado. Las palabras excepcionalmente duras de China no necesariamente significan que tiene la intención de abandonar al régimen de Kim Jong-un; pero, por lo menos, sugieren que un cambio radical en la política de China con relación a Corea del Norte podría dejar de ser un hecho impensable.