LONDRES – Cuando fui gobernador de Hong Kong, uno de mis críticos más vehementes era Sir Percy Cradock, ex embajador británico en China. Cradock siempre sostuvo que China nunca rompería sus solemnes promesas —registradas para la posteridad en un tratado depositado en las Naciones Unidas— de garantizar el elevado nivel de autonomía de Hong Kong y su forma de vida durante 50 años una vez que la ciudad regresara de la soberanía británica a la china en 1997.
LONDRES – Cuando fui gobernador de Hong Kong, uno de mis críticos más vehementes era Sir Percy Cradock, ex embajador británico en China. Cradock siempre sostuvo que China nunca rompería sus solemnes promesas —registradas para la posteridad en un tratado depositado en las Naciones Unidas— de garantizar el elevado nivel de autonomía de Hong Kong y su forma de vida durante 50 años una vez que la ciudad regresara de la soberanía británica a la china en 1997.