Sydney – La designación de cinco jefes provinciales del Partido Comunista Chino a principios de diciembre es un recordatorio de que el ascenso de la próxima generación de líderes chinos, que tomarán el poder en 2012, puede ser el evento más significativo de la política de China desde el inicio del reinado de Deng Xiaoping en 1978. La próxima generación de líderes será la primera con poco o ningún recuerdo personal de los trastornos y penurias sufridos durante la era de Mao Zedong. Olvidar esa historia podría condenar a China a repetir los errores del pasado, pero, para bien o para mal, también podría disminuir las restricciones y liberar a sus líderes.
Sydney – La designación de cinco jefes provinciales del Partido Comunista Chino a principios de diciembre es un recordatorio de que el ascenso de la próxima generación de líderes chinos, que tomarán el poder en 2012, puede ser el evento más significativo de la política de China desde el inicio del reinado de Deng Xiaoping en 1978. La próxima generación de líderes será la primera con poco o ningún recuerdo personal de los trastornos y penurias sufridos durante la era de Mao Zedong. Olvidar esa historia podría condenar a China a repetir los errores del pasado, pero, para bien o para mal, también podría disminuir las restricciones y liberar a sus líderes.