Once años después de su conexión inicial a la World Wide Web (WWW) o Malla Multimedios Mundial, el acceso de China a la red Internet sigue protegido por cortafuegos, insertos en sus servidores, que han resultado ser más prácticos e impenetrables que el Muro de Berlín. Además, un aumento de la demanda de conexión de banda ancha ha desencadenado el lanzamiento de un “Proyecto Jin Dun” (“Escudo dorado”), sistema digital automático de vigilancia pública que prolongará el gobierno comunista, al denegar a los ciudadanos de China el derecho a la información, y costará 800 millones de dólares.
Once años después de su conexión inicial a la World Wide Web (WWW) o Malla Multimedios Mundial, el acceso de China a la red Internet sigue protegido por cortafuegos, insertos en sus servidores, que han resultado ser más prácticos e impenetrables que el Muro de Berlín. Además, un aumento de la demanda de conexión de banda ancha ha desencadenado el lanzamiento de un “Proyecto Jin Dun” (“Escudo dorado”), sistema digital automático de vigilancia pública que prolongará el gobierno comunista, al denegar a los ciudadanos de China el derecho a la información, y costará 800 millones de dólares.