NEW HAVEN – Mientras digerimos las implicancias del plan de estímulo de 586 mil millones de dólares de China, no deja de resultar curioso por qué escoge la infraestructura, los edificios y los grandes proyectos cada vez que necesita impulsar el crecimiento. ¿Debe, o puede, lograr el crecimiento de largo plazo sólo añadiendo estructuras físicas? Si llega el momento de hacer una pausa o cambiar de rumbo, ¿se adaptarán a una transformación así las actuales instituciones político-económicas chinas?
NEW HAVEN – Mientras digerimos las implicancias del plan de estímulo de 586 mil millones de dólares de China, no deja de resultar curioso por qué escoge la infraestructura, los edificios y los grandes proyectos cada vez que necesita impulsar el crecimiento. ¿Debe, o puede, lograr el crecimiento de largo plazo sólo añadiendo estructuras físicas? Si llega el momento de hacer una pausa o cambiar de rumbo, ¿se adaptarán a una transformación así las actuales instituciones político-económicas chinas?