SHANGHÁI – Los economistas están cada vez más divididos en sus opiniones sobre el futuro económico de China: los optimistas enfatizan su capacidad para aprender y su rápida acumulación de capital humano; los pesimistas se centran en la rápida caída de su dividendo demográfico, su elevado coeficiente de deuda a PBI, la contracción de sus mercados para la exportación y su exceso de capacidad industrial. Pero ambos grupos descuidan un determinante más fundamental de las perspectivas económicas chinas: el orden mundial.
SHANGHÁI – Los economistas están cada vez más divididos en sus opiniones sobre el futuro económico de China: los optimistas enfatizan su capacidad para aprender y su rápida acumulación de capital humano; los pesimistas se centran en la rápida caída de su dividendo demográfico, su elevado coeficiente de deuda a PBI, la contracción de sus mercados para la exportación y su exceso de capacidad industrial. Pero ambos grupos descuidan un determinante más fundamental de las perspectivas económicas chinas: el orden mundial.