LONDRES – Rara vez terminó bien para los Estados Unidos el uso de la moneda como arma. Sirve de ejemplo la decisión unilateral que tomó en 1971 el gobierno del presidente Richard Nixon de cancelar la convertibilidad internacional directa del dólar en oro, un elemento clave del “shock de Nixon”, que desestabilizó las monedas flotantes y provocó unos años después una estanflación. Pero eso no impidió al gobierno del presidente Donald Trump designar (erróneamente) a China como manipulador cambiario.
LONDRES – Rara vez terminó bien para los Estados Unidos el uso de la moneda como arma. Sirve de ejemplo la decisión unilateral que tomó en 1971 el gobierno del presidente Richard Nixon de cancelar la convertibilidad internacional directa del dólar en oro, un elemento clave del “shock de Nixon”, que desestabilizó las monedas flotantes y provocó unos años después una estanflación. Pero eso no impidió al gobierno del presidente Donald Trump designar (erróneamente) a China como manipulador cambiario.