HONG KONG – Desde el final de la Guerra Fría, Occidente ha invertido enormes cantidades de recursos en intentos de inducir en China una liberalización política, lo que incluye programas para promover el Estado de Derecho, la sociedad civil, la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno. Los resultados han sido decepcionantes. En vez de volverse más democrática, en los últimos tiempos China ha retrocedido hacia un autoritarismo duro. Y ahora también ha comenzado a invertir recursos en programas propios para incidir sobre las democracias del mundo.
HONG KONG – Desde el final de la Guerra Fría, Occidente ha invertido enormes cantidades de recursos en intentos de inducir en China una liberalización política, lo que incluye programas para promover el Estado de Derecho, la sociedad civil, la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno. Los resultados han sido decepcionantes. En vez de volverse más democrática, en los últimos tiempos China ha retrocedido hacia un autoritarismo duro. Y ahora también ha comenzado a invertir recursos en programas propios para incidir sobre las democracias del mundo.