CAMBRIDGE – La inminente quiebra del gigante inmobiliario chino Evergrande, con sus 300.000 millones de dólares de deuda, ha irritado a los inversores globales. Los analistas se han concentrado principalmente en si el gobierno chino logrará o no blindar el problema, para que no se convierta en una crisis financiera mayor al estilo occidental.
CAMBRIDGE – La inminente quiebra del gigante inmobiliario chino Evergrande, con sus 300.000 millones de dólares de deuda, ha irritado a los inversores globales. Los analistas se han concentrado principalmente en si el gobierno chino logrará o no blindar el problema, para que no se convierta en una crisis financiera mayor al estilo occidental.