CAMBRIDGE – Desde que comenzó el 2016, la perspectiva de una devaluación importante del renminbi de China ha pendido sobre los mercados globales como una espada de Damocles. Ninguna otra causa de incertidumbre en materia de políticas económicas ha sido tan desestabilizadora. Pocos observadores dudan de que China tenga que dejar que el tipo de cambio del renminbi flote libremente durante algún tiempo en la próxima década. La pregunta es cuál será el nivel de dramatismo que existirá en el ínterin, en tanto colisionen los imperativos políticos y económicos.
CAMBRIDGE – Desde que comenzó el 2016, la perspectiva de una devaluación importante del renminbi de China ha pendido sobre los mercados globales como una espada de Damocles. Ninguna otra causa de incertidumbre en materia de políticas económicas ha sido tan desestabilizadora. Pocos observadores dudan de que China tenga que dejar que el tipo de cambio del renminbi flote libremente durante algún tiempo en la próxima década. La pregunta es cuál será el nivel de dramatismo que existirá en el ínterin, en tanto colisionen los imperativos políticos y económicos.