SHANGHÁI – China se enfrenta a la difícil tarea de lograr un aterrizaje económico benévolo, después de décadas de expansión económica espectacular. Los pesimistas abundan, pero no se les debe dar importancia. En la problematizada economía mundial de hoy en día, China tiene una ventaja que otros países carecen: tiene marcado un camino claro hacia adelante. Si China lleva a cabo un esfuerzo sostenido e integral para aumentar la productividad, puede hacer frente a sus desafíos de crecimiento, reducir los riesgos de atravesar por crisis financieras, así como puede concluir exitosamente su transición hacia una economía de altos ingresos que sea impulsada por el consumo y tenga una gran clase media y acomodada. Si lo logra, hasta el año 2030 su PIB anual podría estimarse en una cifra que supere en $5 millones de millones de dólares a la cifra que probablemente llegue a alcanzar, si los formuladores de políticas continúan buscando un crecimiento impulsado por la inversión.
SHANGHÁI – China se enfrenta a la difícil tarea de lograr un aterrizaje económico benévolo, después de décadas de expansión económica espectacular. Los pesimistas abundan, pero no se les debe dar importancia. En la problematizada economía mundial de hoy en día, China tiene una ventaja que otros países carecen: tiene marcado un camino claro hacia adelante. Si China lleva a cabo un esfuerzo sostenido e integral para aumentar la productividad, puede hacer frente a sus desafíos de crecimiento, reducir los riesgos de atravesar por crisis financieras, así como puede concluir exitosamente su transición hacia una economía de altos ingresos que sea impulsada por el consumo y tenga una gran clase media y acomodada. Si lo logra, hasta el año 2030 su PIB anual podría estimarse en una cifra que supere en $5 millones de millones de dólares a la cifra que probablemente llegue a alcanzar, si los formuladores de políticas continúan buscando un crecimiento impulsado por la inversión.