HONG KONG – Desde que en un discurso del pasado octubre el fundador de Alibaba, Jack Ma, criticó la normativa financiera china, una tormenta regulatoria se abatió sobre todo el sector financiero y comercial electrónico del país. La Bolsa de Shanghai suspendió (apenas dos días antes del inicio previsto) la oferta pública inicial de las acciones del conglomerado fintech Ant Group (una filial de Alibaba), a lo que siguió el lanzamiento de una intensa campaña regulatoria sobre las megatecnológicas chinas. Aunque al parecer Ma formuló sus declaraciones sin ninguna intencionalidad, la lógica de la política burocrática china hizo inevitable el fracaso de la salida a bolsa de Ant.
HONG KONG – Desde que en un discurso del pasado octubre el fundador de Alibaba, Jack Ma, criticó la normativa financiera china, una tormenta regulatoria se abatió sobre todo el sector financiero y comercial electrónico del país. La Bolsa de Shanghai suspendió (apenas dos días antes del inicio previsto) la oferta pública inicial de las acciones del conglomerado fintech Ant Group (una filial de Alibaba), a lo que siguió el lanzamiento de una intensa campaña regulatoria sobre las megatecnológicas chinas. Aunque al parecer Ma formuló sus declaraciones sin ninguna intencionalidad, la lógica de la política burocrática china hizo inevitable el fracaso de la salida a bolsa de Ant.