CAMBRIDGE – Durante siglos, el ajedrez ha sido una metáfora para la guerra en el mito y en la literatura. En la próxima partida del campeonato mundial, que tendrá lugar en 2023 entre Ian Nepomniachtchi de Rusia y Ding Liren de China, la comparación puede llegar a ser más apropiada que nunca, y el resultado probablemente estará definido tanto por la superioridad en el terreno de las supercomputadoras multipropósito como por el ingenio humano individual en el ajedrez. Y mientras que el nefasto desempeño temprano del ejército ruso en Ucrania no sugiere una capacidad para beneficiarse de la inteligencia artificial en la guerra, China es lo que verdaderamente importa en ese frente.
CAMBRIDGE – Durante siglos, el ajedrez ha sido una metáfora para la guerra en el mito y en la literatura. En la próxima partida del campeonato mundial, que tendrá lugar en 2023 entre Ian Nepomniachtchi de Rusia y Ding Liren de China, la comparación puede llegar a ser más apropiada que nunca, y el resultado probablemente estará definido tanto por la superioridad en el terreno de las supercomputadoras multipropósito como por el ingenio humano individual en el ajedrez. Y mientras que el nefasto desempeño temprano del ejército ruso en Ucrania no sugiere una capacidad para beneficiarse de la inteligencia artificial en la guerra, China es lo que verdaderamente importa en ese frente.