NUEVA YORK – Desde comienzos de 2020, los bancos centrales en todas las economías avanzadas han tenido que elegir entre priorizar la estabilidad financiera, una inflación baja (normalmente del 2%) o la actividad económica real. Sin excepción, han optado a favor de la estabilidad financiera, seguida por la actividad económica real y, por último, la inflación.
NUEVA YORK – Desde comienzos de 2020, los bancos centrales en todas las economías avanzadas han tenido que elegir entre priorizar la estabilidad financiera, una inflación baja (normalmente del 2%) o la actividad económica real. Sin excepción, han optado a favor de la estabilidad financiera, seguida por la actividad económica real y, por último, la inflación.