PRAGA – Últimamente, criticar de manera indiscriminada a los bancos centrales de los países desarrollados se ha puesto de moda. El razonamiento principal del ataque es más o menos éste: los responsables de las políticas monetarias han sido demasiado activistas desde 2008, extralimitándose en sus mandatos y perjudicando a la economía. Este argumento -que, curiosamente, es igual de popular entre adversarios ideológicos que en otras circunstancias serían irreconciliables, como los libertarios y los neo-marxistas- es decididamente erróneo.
PRAGA – Últimamente, criticar de manera indiscriminada a los bancos centrales de los países desarrollados se ha puesto de moda. El razonamiento principal del ataque es más o menos éste: los responsables de las políticas monetarias han sido demasiado activistas desde 2008, extralimitándose en sus mandatos y perjudicando a la economía. Este argumento -que, curiosamente, es igual de popular entre adversarios ideológicos que en otras circunstancias serían irreconciliables, como los libertarios y los neo-marxistas- es decididamente erróneo.