CAMBRIDGE – La semana pasada, en la Feria de Electrónica de Consumo (CES) de Las Vegas, la rueda de la fortuna de la innovación se detuvo en algo bastante antiguo e inesperado: el automóvil. En las últimas décadas, los automóviles han experimentado una transformación gradual: de los sistemas mecánicos que pudo haber imaginado Henry Ford a computadoras sobre ruedas. Y esa transformación trae consigo una nueva ola de avances digitales: por sobre todo, la conducción autónoma.
CAMBRIDGE – La semana pasada, en la Feria de Electrónica de Consumo (CES) de Las Vegas, la rueda de la fortuna de la innovación se detuvo en algo bastante antiguo e inesperado: el automóvil. En las últimas décadas, los automóviles han experimentado una transformación gradual: de los sistemas mecánicos que pudo haber imaginado Henry Ford a computadoras sobre ruedas. Y esa transformación trae consigo una nueva ola de avances digitales: por sobre todo, la conducción autónoma.