NUEVA YORK – Recientemente, el gobierno de China anunció que quiere que Shanghai se convierta en una capital financiera global al igual que Londres y Nueva York para 2020. Un objetivo ambicioso, que puede alcanzarse o no. Pero las aspiraciones de China también subrayan una nueva realidad preocupante y cada vez más generalizada: las autoridades políticas están tomando decisiones que normalmente se dejan en manos de los mercados, en una escala nunca vista en décadas.
NUEVA YORK – Recientemente, el gobierno de China anunció que quiere que Shanghai se convierta en una capital financiera global al igual que Londres y Nueva York para 2020. Un objetivo ambicioso, que puede alcanzarse o no. Pero las aspiraciones de China también subrayan una nueva realidad preocupante y cada vez más generalizada: las autoridades políticas están tomando decisiones que normalmente se dejan en manos de los mercados, en una escala nunca vista en décadas.