MÚNICH – Durante la crisis financiera, los miembros nórdicos de la zona del euro rescataron a sus homólogos del sur ofreciendo rescates enormes y respaldando la promesa del Banco Central Europeo de salvar el euro a toda costa. Sin embargo, cuando Alemania pidió recientemente un sistema de cupos para afrontar la afluencia en masa de refugiados, sus socios no mostraron la misma solidaridad y, ahora que Francia, aún no recuperada de los ataques de París, ha declarado la guerra al Estado Islámico, otros países europeos se están encogiendo de hombros, mascullando condolecencias y abrigando en silencio la esperanza de que el conflicto no les afecte.
MÚNICH – Durante la crisis financiera, los miembros nórdicos de la zona del euro rescataron a sus homólogos del sur ofreciendo rescates enormes y respaldando la promesa del Banco Central Europeo de salvar el euro a toda costa. Sin embargo, cuando Alemania pidió recientemente un sistema de cupos para afrontar la afluencia en masa de refugiados, sus socios no mostraron la misma solidaridad y, ahora que Francia, aún no recuperada de los ataques de París, ha declarado la guerra al Estado Islámico, otros países europeos se están encogiendo de hombros, mascullando condolecencias y abrigando en silencio la esperanza de que el conflicto no les afecte.