NUEVA YORK – El debate sobre cómo hacer frente a los intentos de Irán de desarrollar una capacidad de fabricación de armas nucleares se centra más que nada en dos opciones. La primera es confiar en el poder de disuasión y resignarse a convivir con un Irán que posea un pequeño arsenal nuclear o la capacidad de crearlo con poco preaviso. La segunda es lanzar un ataque militar preventivo para destruir componentes críticos del programa iraní y de ese modo retardar su avance (las estimaciones indican que se lo podría demorar por al menos unos dos años).
NUEVA YORK – El debate sobre cómo hacer frente a los intentos de Irán de desarrollar una capacidad de fabricación de armas nucleares se centra más que nada en dos opciones. La primera es confiar en el poder de disuasión y resignarse a convivir con un Irán que posea un pequeño arsenal nuclear o la capacidad de crearlo con poco preaviso. La segunda es lanzar un ataque militar preventivo para destruir componentes críticos del programa iraní y de ese modo retardar su avance (las estimaciones indican que se lo podría demorar por al menos unos dos años).