Después de una enorme explosión de gas en la que murieron 243 personas en el sureste de China en diciembre pasado, el Consejo de Estado y el Congreso Popular Nacional de China han anunciado nuevas reglas para la seguridad industrial. La respuesta de las autoridades sigue un patrón que ya es familiar: después de los grandes pronunciamientos a raíz de los desastres laborales se cae en el descuido de los estándares de seguridad básicos. Pero si nos guiamos por la experiencia occidental, las respuestas ad hoc ante tasas altas de accidentes de trabajo no reducirá los riesgos para los trabajadores chinos. Lo único que contribuirá a que los lugares de trabajo en China sean más seguros es el desarrollo de instituciones legales básicas.
Después de una enorme explosión de gas en la que murieron 243 personas en el sureste de China en diciembre pasado, el Consejo de Estado y el Congreso Popular Nacional de China han anunciado nuevas reglas para la seguridad industrial. La respuesta de las autoridades sigue un patrón que ya es familiar: después de los grandes pronunciamientos a raíz de los desastres laborales se cae en el descuido de los estándares de seguridad básicos. Pero si nos guiamos por la experiencia occidental, las respuestas ad hoc ante tasas altas de accidentes de trabajo no reducirá los riesgos para los trabajadores chinos. Lo único que contribuirá a que los lugares de trabajo en China sean más seguros es el desarrollo de instituciones legales básicas.