El euro tiene ya seis anos. Es tiempo de analizar su comportamiento y si ha cumplido con las expectativas que acompañaron su nacimiento. Esas expectativas no fueron modestas. Al reducir los costos de las transacciones y las incertidumbres cambiarias, se esperaba que la moneda única europea condujera a mercados financieros y de bienes plenamente integrados. Esto a su vez, traería mayores ganancias del intercambio comercial, una competencia más vigorosa, mayores flujos transfronterizos de capital, menores costos de financiamiento, y más oportunidades para compartir riesgos, lo cual se esperaba que aumentaría a final de cuentas la inversión y la productividad.
El euro tiene ya seis anos. Es tiempo de analizar su comportamiento y si ha cumplido con las expectativas que acompañaron su nacimiento. Esas expectativas no fueron modestas. Al reducir los costos de las transacciones y las incertidumbres cambiarias, se esperaba que la moneda única europea condujera a mercados financieros y de bienes plenamente integrados. Esto a su vez, traería mayores ganancias del intercambio comercial, una competencia más vigorosa, mayores flujos transfronterizos de capital, menores costos de financiamiento, y más oportunidades para compartir riesgos, lo cual se esperaba que aumentaría a final de cuentas la inversión y la productividad.