WASHINGTON, DC – Muchos observadores han citado la crisis de Ucrania como un ejemplo más de retirada por parte de los Estados Unidos y disminución de su influencia mundial. Algunos lo han interpretado también como prueba de un empeño, encabezado por Rusia, para movilizar a las más importantes economías en ascenso –el Brasil, la India y China– contra Occidente. Si bien hay algo de cierto en esas posiciones, las dos son una tremenda exageración, como también lo es la idea de que la capacidad de los Estados Unidos para moldear un sistema internacional seguro y próspero está en decadencia.
WASHINGTON, DC – Muchos observadores han citado la crisis de Ucrania como un ejemplo más de retirada por parte de los Estados Unidos y disminución de su influencia mundial. Algunos lo han interpretado también como prueba de un empeño, encabezado por Rusia, para movilizar a las más importantes economías en ascenso –el Brasil, la India y China– contra Occidente. Si bien hay algo de cierto en esas posiciones, las dos son una tremenda exageración, como también lo es la idea de que la capacidad de los Estados Unidos para moldear un sistema internacional seguro y próspero está en decadencia.