SAO PAULO – Pocas ideas económicas son más alabadas y vilipendiadas que la de la política industrial. Los partidarios, como aquéllos que estudiaron el ascenso de las economías de Asia oriental, están totalmente convencidos. Los opositores se enfurecen de tan sólo escuchar hablar de ella. Los primeros señalan el desarrollo económico; los segundos sostienen que decenas, incluso centenares de miles de millones de dólares se han desperdiciado.
SAO PAULO – Pocas ideas económicas son más alabadas y vilipendiadas que la de la política industrial. Los partidarios, como aquéllos que estudiaron el ascenso de las economías de Asia oriental, están totalmente convencidos. Los opositores se enfurecen de tan sólo escuchar hablar de ella. Los primeros señalan el desarrollo económico; los segundos sostienen que decenas, incluso centenares de miles de millones de dólares se han desperdiciado.