A medida que pasa el tiempo sin que el valor del dólar caiga drásticamente ni las fuerzas del mercado comiencen a reducir el déficit de cuenta corriente de EE.UU. (que muy bien puede llegar al billón de dólares este año) están surgiendo dos reacciones diametralmente opuestas. La mayoría de los economistas financieros internacionales sienten un creciente temor de que se genere una importante crisis financiera internacional. De hecho, temen que la escala de esa crisis potencial se esté volviendo cada vez mayor.
A medida que pasa el tiempo sin que el valor del dólar caiga drásticamente ni las fuerzas del mercado comiencen a reducir el déficit de cuenta corriente de EE.UU. (que muy bien puede llegar al billón de dólares este año) están surgiendo dos reacciones diametralmente opuestas. La mayoría de los economistas financieros internacionales sienten un creciente temor de que se genere una importante crisis financiera internacional. De hecho, temen que la escala de esa crisis potencial se esté volviendo cada vez mayor.