LONDRES – Cuando la flor y nata se une en la aprobación o la condena de algo, mi primer impulso es disentir. Así que me resisto a unirme al coro de los indignados por la reciente decisión del gobierno del Reino Unido de «violar el derecho internacional» modificando el acuerdo de retirada suscrito con la Unión Europea.
LONDRES – Cuando la flor y nata se une en la aprobación o la condena de algo, mi primer impulso es disentir. Así que me resisto a unirme al coro de los indignados por la reciente decisión del gobierno del Reino Unido de «violar el derecho internacional» modificando el acuerdo de retirada suscrito con la Unión Europea.