LONDRES – Una de las características más desalentadoras de los debates internacionales de hoy es que la amenaza para la humanidad planteada por las 23.000 armas nucleares del mundo -y por aquellos que construirían más armas o estarían más que dispuestos a usarlas- ha quedado relegada a los márgenes de la política.
LONDRES – Una de las características más desalentadoras de los debates internacionales de hoy es que la amenaza para la humanidad planteada por las 23.000 armas nucleares del mundo -y por aquellos que construirían más armas o estarían más que dispuestos a usarlas- ha quedado relegada a los márgenes de la política.