LONDRES – La muerte de Osama bin Laden en su escondite paquistaní es como la remoción de un tumor del mundo musulmán. Pero hará falta una terapia agresiva de seguimiento para impedir que las restantes células de Al Qaeda no hagan metástasis adquiriendo más seguidores que creen en la violencia para alcanzar la “purificación” y el fortalecimiento del Islam.
LONDRES – La muerte de Osama bin Laden en su escondite paquistaní es como la remoción de un tumor del mundo musulmán. Pero hará falta una terapia agresiva de seguimiento para impedir que las restantes células de Al Qaeda no hagan metástasis adquiriendo más seguidores que creen en la violencia para alcanzar la “purificación” y el fortalecimiento del Islam.