AUSTIN – En el espacio de menos de tres meses, una conspiración de acontecimientos transformó la escena política estadounidense. En primer lugar, la pandemia de COVID‑19 derrotó a Donald Trump, no porque cambiara el sentimiento de la población en este país profundamente polarizado, sino más bien porque el virus abrió de par en par las puertas del acceso al voto. Un enorme incremento de la votación anticipada y por correo llevó a que la participación en la elección de 2020 superara a la de 2016 por 20 millones de votos, con una proporción mayor del electorado que en cualquier otra elección presidencial estadounidense desde 1900.
AUSTIN – En el espacio de menos de tres meses, una conspiración de acontecimientos transformó la escena política estadounidense. En primer lugar, la pandemia de COVID‑19 derrotó a Donald Trump, no porque cambiara el sentimiento de la población en este país profundamente polarizado, sino más bien porque el virus abrió de par en par las puertas del acceso al voto. Un enorme incremento de la votación anticipada y por correo llevó a que la participación en la elección de 2020 superara a la de 2016 por 20 millones de votos, con una proporción mayor del electorado que en cualquier otra elección presidencial estadounidense desde 1900.