LOS ÁNGELES – Cuando los días 7 y 8 de noviembre, Estados Unidos y sus aliados reanuden las conversaciones sobre el programa nuclear iraní, comenzará la difícil tarea de convertir la reciente propuesta de Irán en un acuerdo duradero. De los muchos obstáculos que esto supone, uno de los menos analizados tiene que ver con el legado de las iniciativas de desarme nuclear referidas a Libia y Corea del Norte: ambas sientan precedentes que ni Irán ni Estados Unidos desean repetir, pero que no serán fáciles de eludir para ninguna de las partes.
LOS ÁNGELES – Cuando los días 7 y 8 de noviembre, Estados Unidos y sus aliados reanuden las conversaciones sobre el programa nuclear iraní, comenzará la difícil tarea de convertir la reciente propuesta de Irán en un acuerdo duradero. De los muchos obstáculos que esto supone, uno de los menos analizados tiene que ver con el legado de las iniciativas de desarme nuclear referidas a Libia y Corea del Norte: ambas sientan precedentes que ni Irán ni Estados Unidos desean repetir, pero que no serán fáciles de eludir para ninguna de las partes.