SANTIAGO – "Toda nación tiene los líderes que se merece", sentenció el contrarrevolucionario francés Joseph de Maistre. Pero se equivocaba. Los países de América Latina no eran merecedores de los vociferantes demagogos ni de los generales puño-de-hierro que, hasta hace poco, solían ocupar sus sedes de gobierno.
SANTIAGO – "Toda nación tiene los líderes que se merece", sentenció el contrarrevolucionario francés Joseph de Maistre. Pero se equivocaba. Los países de América Latina no eran merecedores de los vociferantes demagogos ni de los generales puño-de-hierro que, hasta hace poco, solían ocupar sus sedes de gobierno.