LONDRES – Disipar la ansiedad generada por el advenimiento de los robots se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la apologética empresarial. El sentido común – que está muy lejos de ser ingenuo – dice que cuanto más automatizados sean los puestos de trabajo, habrá menos puestos de trabajo para los humanos. El ejemplo estelar es el automóvil sin conductor. Si los automóviles pueden conducirse a sí mismos, ¿qué ocurrirá con los chóferes, taxistas, y sucesivamente con otros?
LONDRES – Disipar la ansiedad generada por el advenimiento de los robots se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la apologética empresarial. El sentido común – que está muy lejos de ser ingenuo – dice que cuanto más automatizados sean los puestos de trabajo, habrá menos puestos de trabajo para los humanos. El ejemplo estelar es el automóvil sin conductor. Si los automóviles pueden conducirse a sí mismos, ¿qué ocurrirá con los chóferes, taxistas, y sucesivamente con otros?