A la gente le fascina la riqueza. Disfruta de mirar la riqueza, saborea la idea de sus viviendas imponentes, sus vacaciones suntuosas, sus autos de lujo y sus cenas gourmet. Pero si de esto infiriéramos que la gente pasa mucho tiempo planificando la acumulación de su propia riqueza durante toda la vida, estaríamos equivocados.
A la gente le fascina la riqueza. Disfruta de mirar la riqueza, saborea la idea de sus viviendas imponentes, sus vacaciones suntuosas, sus autos de lujo y sus cenas gourmet. Pero si de esto infiriéramos que la gente pasa mucho tiempo planificando la acumulación de su propia riqueza durante toda la vida, estaríamos equivocados.