CANBERRA – Las arriesgadas acciones de China en los mares vecinos han provocado un cambio en la política australiana, digno de la atención internacional. Al hacer del mantenimiento de un “orden global basado en reglas” una prioridad estratégica central, la nueva doctrina de defensa de Australia adopta un lenguaje que no es común hallar en posición tan prominente en los programas de defensa nacionales. Y lo que más sorprende es que la medida viene de un gobierno conservador generalmente habituado al seguidismo de Estados Unidos.
CANBERRA – Las arriesgadas acciones de China en los mares vecinos han provocado un cambio en la política australiana, digno de la atención internacional. Al hacer del mantenimiento de un “orden global basado en reglas” una prioridad estratégica central, la nueva doctrina de defensa de Australia adopta un lenguaje que no es común hallar en posición tan prominente en los programas de defensa nacionales. Y lo que más sorprende es que la medida viene de un gobierno conservador generalmente habituado al seguidismo de Estados Unidos.