CAMBRIDGE – Los pronosticadores económicos en general no han dado importancia a los últimos avances en inteligencia artificial (por ejemplo, el salto cuántico que dio en diciembre pasado el programa de DeepMind que aprendió solo a jugar al ajedrez) y no creen que vayan a incidir mucho en la tendencia de crecimiento a largo plazo. Tal pesimismo es sin duda uno de los factores del nivel extremadamente bajo del tipo de interés real (tras descontar inflación), aunque la tasa de los bonos públicos estadounidenses a diez años, que suele ser preanuncio de lo que vendrá, haya subido medio punto porcentual en los últimos meses. Si se justifica ser pesimistas en relación con el lado de la oferta, es probable que los últimos megapaquetes de rebaja impositiva y aumento del gasto en Estados Unidos contribuyan mucho más a aumentar la inflación que a alentar las inversiones.
CAMBRIDGE – Los pronosticadores económicos en general no han dado importancia a los últimos avances en inteligencia artificial (por ejemplo, el salto cuántico que dio en diciembre pasado el programa de DeepMind que aprendió solo a jugar al ajedrez) y no creen que vayan a incidir mucho en la tendencia de crecimiento a largo plazo. Tal pesimismo es sin duda uno de los factores del nivel extremadamente bajo del tipo de interés real (tras descontar inflación), aunque la tasa de los bonos públicos estadounidenses a diez años, que suele ser preanuncio de lo que vendrá, haya subido medio punto porcentual en los últimos meses. Si se justifica ser pesimistas en relación con el lado de la oferta, es probable que los últimos megapaquetes de rebaja impositiva y aumento del gasto en Estados Unidos contribuyan mucho más a aumentar la inflación que a alentar las inversiones.