BUENOS AIRES – Mucho se ha escrito, y mucho más se ha hablado, sobre el impresionante triunfo de Argentina en la Copa Mundial de fútbol de este año. Gran parte de la cobertura mediática, por supuesto, ha girado en torno de las tácticas y del desempeño del equipo argentino, de las celebraciones alocadas que se produjeron después del primer título mundial del país desde 1986 y del potencial impacto político, considerando que la victoria del equipo tuvo lugar en un año electoral. Pero un interrogante más interesante es qué nos puede decir este logro deportivo de la inestabilidad económica de la Argentina en los últimos cincuenta años.
BUENOS AIRES – Mucho se ha escrito, y mucho más se ha hablado, sobre el impresionante triunfo de Argentina en la Copa Mundial de fútbol de este año. Gran parte de la cobertura mediática, por supuesto, ha girado en torno de las tácticas y del desempeño del equipo argentino, de las celebraciones alocadas que se produjeron después del primer título mundial del país desde 1986 y del potencial impacto político, considerando que la victoria del equipo tuvo lugar en un año electoral. Pero un interrogante más interesante es qué nos puede decir este logro deportivo de la inestabilidad económica de la Argentina en los últimos cincuenta años.