DUBÁI – La educación es un viejo problema del mundo árabe; el acceso inadecuado a formación de alta calidad contribuye a un creciente déficit de capacidades que deja a muchos jóvenes (incluso graduados) sin empleo ni esperanzas. En una región azotada por el conflicto y el desorden, resolver este problema no será fácil. Pero una modalidad educativa audaz e innovadora puede ayudar a lograrlo.
DUBÁI – La educación es un viejo problema del mundo árabe; el acceso inadecuado a formación de alta calidad contribuye a un creciente déficit de capacidades que deja a muchos jóvenes (incluso graduados) sin empleo ni esperanzas. En una región azotada por el conflicto y el desorden, resolver este problema no será fácil. Pero una modalidad educativa audaz e innovadora puede ayudar a lograrlo.