Este ha sido un mes malo para la causa de los derechos humanos en Europa, pues se permitió que Serbia iniciara su presidencia de seis meses del Consejo Europeo, el órgano político más antiguo de Europa. Con Serbia al mando, el Consejo, cuyo fin es promover los derechos humanos y el Estado de derecho, está ahora bajo el control de un Estado que desprecia la Convención sobre el Genocidio y protege a un acusado de crímenes de guerra, el ex jefe del ejército serbio Ratko Mladic. Además, la Comisión Europea ha señalado que está dispuesta a reanudar las pláticas para acercar a Serbia a la Unión Europea en cuanto se forme un gobierno orientado a las reformas.
Este ha sido un mes malo para la causa de los derechos humanos en Europa, pues se permitió que Serbia iniciara su presidencia de seis meses del Consejo Europeo, el órgano político más antiguo de Europa. Con Serbia al mando, el Consejo, cuyo fin es promover los derechos humanos y el Estado de derecho, está ahora bajo el control de un Estado que desprecia la Convención sobre el Genocidio y protege a un acusado de crímenes de guerra, el ex jefe del ejército serbio Ratko Mladic. Además, la Comisión Europea ha señalado que está dispuesta a reanudar las pláticas para acercar a Serbia a la Unión Europea en cuanto se forme un gobierno orientado a las reformas.