NUEVA DELHI – Durante 18 días, en medio del ir y venir de la protesta, no parecía posible que el fin de la Revolución Egipcia se produjera tan rápido, en un anuncio sucinto que duró no más de medio minuto: “El presidente Hosni Mubarak renunció al cargo…” Con eso, en medio de clamores de victoria, terminó una era, reafirmando el viejo dicho de que “los cementerios del mundo están llenas de aquellos que se consideraban indispensables para sus países”.
NUEVA DELHI – Durante 18 días, en medio del ir y venir de la protesta, no parecía posible que el fin de la Revolución Egipcia se produjera tan rápido, en un anuncio sucinto que duró no más de medio minuto: “El presidente Hosni Mubarak renunció al cargo…” Con eso, en medio de clamores de victoria, terminó una era, reafirmando el viejo dicho de que “los cementerios del mundo están llenas de aquellos que se consideraban indispensables para sus países”.