NUEVA YORK – El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon está movilizando acciones mundiales en torno al gran imperativo de nuestro tiempo: el desarrollo sostenible. Es un llamamiento que el mundo debe atender.
Ya no basta con que las economías crezcan. Además, debemos acabar con la pobreza extrema, objetivo a nuestro alcance de aquí a 2030. Debemos gestionar la economía para proteger, en lugar de destruir, el medio ambiente y debemos fomentar una distribución más justa de la prosperidad, en lugar de una sociedad dividida entre los muy ricos y los muy pobres.
Utilizamos el término “desarrollo sostenible” precisamente para referirnos al crecimiento económico que pone fin a la pobreza extrema, reduce la exclusión social y es medioambientalmente sano. Lamentablemente, el mundo está descarriado a ese respecto.
Muchas economías de países pobres no están creciendo y la pobreza extrema sigue estando generalizada. La Humanidad está cambiando peligrosamente el clima, agotando los recursos hídricos y envenenando el aire y los océanos. La mayoría de las economías están volviéndose menos justas también y están aumentando las distancias entre los ricos y los pobres. Y sigue habiendo conflictos violentos por todas partes y las regiones más pobres del mundo son las más vulnerables a los estallidos.
Teniendo en cuenta esas amenazas, el año pasado los dirigentes mundiales acordaron en la Cumbre Río+20 adoptar los objetivos de desarrollo sostenible. Los gobiernos mundiales pidieron al Secretario General de las NN.UU. que coordinara la preparación de dichos objetivos de aquí a 2015 para velar por una transición idónea a partir de los objetivos de desarrollo del Milenio, que expiran ese año. A finales de septiembre se celebrará una reunión decisiva de la Asamblea General de las NN.UU. para ese fin.
El Secretario General, Ban Ki-moon, ha puesto en marcha varios procesos de alto nivel para contribuir a idear los objetivos de desarrollo sostenible que darán un beneficio máximo para la Humanidad durante el período 2015-2030. En primer lugar, las propias NN.UU. están encabezando una gran campaña de divulgación para crear un debate mundial. En segundo lugar, se están celebrando negociaciones intergubernamentales intensivas, como pidió la Cumbre de Río+20. En tercer lugar, un Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes ha publicado recientemente su informe.
Por último, tengo el gusto y el honor de formar parte de una nueva “red de conocimientos”, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, creada por Ban para reunir a científicos, tecnólogos, empresarios y especialistas en desarrollo de todas las regiones del mundo. El Consejo Directivo de la Red está compuesto de docenas de destacados pensadores mundiales y dirigentes del desarrollo de países ricos y pobres.
El Consejo Directivo de la Red acaba de entregar al Secretario General de las NN.UU. un nuevo informe, “Programa de acción en pro del desarrollo sostenible”. Dicho programa ha recibido ya miles de observaciones en línea procedentes de todo el mundo y pedimos encarecidamente que se siga debatiendo sobre él, en particular por parte de los jóvenes del mundo. Al fin y al cabo, ¡dicho informe versa sobre el futuro!
En su informe, la Red ha formulado diez objetivos de máxima prioridad para el desarrollo sostenible:
· Acabar con la pobreza extrema y el hambre;
· Lograr el desarrollo y la prosperidad para todos sin destruir el medio ambiente;
· Garantizar el aprendizaje a todos los niños y jóvenes;
· Lograr la igualdad entre los sexos y reducir las desigualdades;
· Lograr la salud y el bienestar en todas las edades;
· Aumentar la producción agrícola de forma medioambientalmente sostenible y lograr, así, la seguridad alimentaria y la prosperidad rural;
· Volver productivas y medioambientalmente sostenibles las ciudades;
· Frenar con energía sostenible el cambio climático inducido por el ser humano;
· Proteger los ecosistemas y velar por una gestión racional de los recursos naturales;
· Mejorar la gestión y ajustar el comportamiento empresarial a todos los objetivos.
La idea que inspira todas esas prioridades es la de combinar las cuatro dimensiones principales del desarrollo sostenible: el crecimiento económico (incluida la erradicación de la pobreza), la lucha contra la exclusión social, un medio ambiente natural sano y una gestión idónea de los asuntos públicos (incluida la paz). Así, pueden constituir la base para los objetivos de desarrollo sostenible que se aplicarían a todos los países de 2015 a 2030.
Unos objetivos de desarrollo sostenible bien formulados contribuirán a guiar la comprensión pública de los complejos imperativos del desarrollo sostenible, inspirar medidas públicas y privadas, fomentar el pensamiento integrado y la rendición de cuentas. En todas partes, los niños deben aprender los objetivos de desarrollo sostenible como medio para entender las amenazas que afrontarán cuando sean adultos.
Los objetivos de desarrollo sostenible complementarán los instrumentos del derecho internacional, como, por ejemplo, los tratados y convenios mundiales, al brindar un marco normativo compartido. También deben movilizar a los gobiernos y al sistema internacional para calibrar con mayor precisión y supervisar el desarrollo sostenible.
El mundo tiene a su diposición los instrumentos para acabar con la pobreza extrema en todas sus formas de aquí al año 2030 y abordar las amenazas al desarrollo sostenible que afrontamos. Gracias a unos ingresos en aumento y a unos avances científicos y tecnológicos sin precedentes, el cambio positivo y rápido en la escala necesaria es viable. La nuestra puede ser la generación que ponga fin a la pobreza extrema, vele por que todas las personas un reciban un trato igual y elimine, de una vez por todas, los peligrosos riesgos climáticos que afronta nuestro planeta, pero sólo si el mundo se moviliza en torno a un programa compartido en pro del desarrollo sostenible y unos objetivos de desarrollo sostenible ambiciosos y con un calendario preciso.
Traducido del inglés por Carlos Manzano.
NUEVA YORK – El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon está movilizando acciones mundiales en torno al gran imperativo de nuestro tiempo: el desarrollo sostenible. Es un llamamiento que el mundo debe atender.
Ya no basta con que las economías crezcan. Además, debemos acabar con la pobreza extrema, objetivo a nuestro alcance de aquí a 2030. Debemos gestionar la economía para proteger, en lugar de destruir, el medio ambiente y debemos fomentar una distribución más justa de la prosperidad, en lugar de una sociedad dividida entre los muy ricos y los muy pobres.
Utilizamos el término “desarrollo sostenible” precisamente para referirnos al crecimiento económico que pone fin a la pobreza extrema, reduce la exclusión social y es medioambientalmente sano. Lamentablemente, el mundo está descarriado a ese respecto.
Muchas economías de países pobres no están creciendo y la pobreza extrema sigue estando generalizada. La Humanidad está cambiando peligrosamente el clima, agotando los recursos hídricos y envenenando el aire y los océanos. La mayoría de las economías están volviéndose menos justas también y están aumentando las distancias entre los ricos y los pobres. Y sigue habiendo conflictos violentos por todas partes y las regiones más pobres del mundo son las más vulnerables a los estallidos.
Teniendo en cuenta esas amenazas, el año pasado los dirigentes mundiales acordaron en la Cumbre Río+20 adoptar los objetivos de desarrollo sostenible. Los gobiernos mundiales pidieron al Secretario General de las NN.UU. que coordinara la preparación de dichos objetivos de aquí a 2015 para velar por una transición idónea a partir de los objetivos de desarrollo del Milenio, que expiran ese año. A finales de septiembre se celebrará una reunión decisiva de la Asamblea General de las NN.UU. para ese fin.
El Secretario General, Ban Ki-moon, ha puesto en marcha varios procesos de alto nivel para contribuir a idear los objetivos de desarrollo sostenible que darán un beneficio máximo para la Humanidad durante el período 2015-2030. En primer lugar, las propias NN.UU. están encabezando una gran campaña de divulgación para crear un debate mundial. En segundo lugar, se están celebrando negociaciones intergubernamentales intensivas, como pidió la Cumbre de Río+20. En tercer lugar, un Grupo de Alto Nivel de Personas Eminentes ha publicado recientemente su informe.
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Por último, tengo el gusto y el honor de formar parte de una nueva “red de conocimientos”, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, creada por Ban para reunir a científicos, tecnólogos, empresarios y especialistas en desarrollo de todas las regiones del mundo. El Consejo Directivo de la Red está compuesto de docenas de destacados pensadores mundiales y dirigentes del desarrollo de países ricos y pobres.
El Consejo Directivo de la Red acaba de entregar al Secretario General de las NN.UU. un nuevo informe, “Programa de acción en pro del desarrollo sostenible”. Dicho programa ha recibido ya miles de observaciones en línea procedentes de todo el mundo y pedimos encarecidamente que se siga debatiendo sobre él, en particular por parte de los jóvenes del mundo. Al fin y al cabo, ¡dicho informe versa sobre el futuro!
En su informe, la Red ha formulado diez objetivos de máxima prioridad para el desarrollo sostenible:
· Acabar con la pobreza extrema y el hambre;
· Lograr el desarrollo y la prosperidad para todos sin destruir el medio ambiente;
· Garantizar el aprendizaje a todos los niños y jóvenes;
· Lograr la igualdad entre los sexos y reducir las desigualdades;
· Lograr la salud y el bienestar en todas las edades;
· Aumentar la producción agrícola de forma medioambientalmente sostenible y lograr, así, la seguridad alimentaria y la prosperidad rural;
· Volver productivas y medioambientalmente sostenibles las ciudades;
· Frenar con energía sostenible el cambio climático inducido por el ser humano;
· Proteger los ecosistemas y velar por una gestión racional de los recursos naturales;
· Mejorar la gestión y ajustar el comportamiento empresarial a todos los objetivos.
La idea que inspira todas esas prioridades es la de combinar las cuatro dimensiones principales del desarrollo sostenible: el crecimiento económico (incluida la erradicación de la pobreza), la lucha contra la exclusión social, un medio ambiente natural sano y una gestión idónea de los asuntos públicos (incluida la paz). Así, pueden constituir la base para los objetivos de desarrollo sostenible que se aplicarían a todos los países de 2015 a 2030.
Unos objetivos de desarrollo sostenible bien formulados contribuirán a guiar la comprensión pública de los complejos imperativos del desarrollo sostenible, inspirar medidas públicas y privadas, fomentar el pensamiento integrado y la rendición de cuentas. En todas partes, los niños deben aprender los objetivos de desarrollo sostenible como medio para entender las amenazas que afrontarán cuando sean adultos.
Los objetivos de desarrollo sostenible complementarán los instrumentos del derecho internacional, como, por ejemplo, los tratados y convenios mundiales, al brindar un marco normativo compartido. También deben movilizar a los gobiernos y al sistema internacional para calibrar con mayor precisión y supervisar el desarrollo sostenible.
El mundo tiene a su diposición los instrumentos para acabar con la pobreza extrema en todas sus formas de aquí al año 2030 y abordar las amenazas al desarrollo sostenible que afrontamos. Gracias a unos ingresos en aumento y a unos avances científicos y tecnológicos sin precedentes, el cambio positivo y rápido en la escala necesaria es viable. La nuestra puede ser la generación que ponga fin a la pobreza extrema, vele por que todas las personas un reciban un trato igual y elimine, de una vez por todas, los peligrosos riesgos climáticos que afronta nuestro planeta, pero sólo si el mundo se moviliza en torno a un programa compartido en pro del desarrollo sostenible y unos objetivos de desarrollo sostenible ambiciosos y con un calendario preciso.
Traducido del inglés por Carlos Manzano.