PRINCETON – La Unión Soviética fue terreno fértil para el chiste político, un aspecto tan prominente en su cultura como los programas humorísticos nocturnos en los Estados Unidos. Según un cuento popular, a un joven que gritó en la Plaza Roja que el decrépito líder soviético Leonid Brezhnev era un idiota lo condenaron a 25,5 años de cárcel: seis meses por insultar al Presidente del Presídium del Sóviet Supremo y 25 años por revelar secretos de Estado.
PRINCETON – La Unión Soviética fue terreno fértil para el chiste político, un aspecto tan prominente en su cultura como los programas humorísticos nocturnos en los Estados Unidos. Según un cuento popular, a un joven que gritó en la Plaza Roja que el decrépito líder soviético Leonid Brezhnev era un idiota lo condenaron a 25,5 años de cárcel: seis meses por insultar al Presidente del Presídium del Sóviet Supremo y 25 años por revelar secretos de Estado.