Cuando la crisis financiera golpeó a Asia en 1997, los líderes estadounidenses acusaron a los gobiernos de ese continente de practicar un capitalismo amiguista. En retrospectiva, esa acusación se ve como una total hipocresía. Los Estados Unidos han demostrado ser los campeones del amiguismo, primero con sus escándalos corporativos de los años recientes, y ahora en Iraq. Los capitalistas asiáticos se habrán robado algún botín prestado, pero al menos no mezclaron las finanzas con la guerra.
Cuando la crisis financiera golpeó a Asia en 1997, los líderes estadounidenses acusaron a los gobiernos de ese continente de practicar un capitalismo amiguista. En retrospectiva, esa acusación se ve como una total hipocresía. Los Estados Unidos han demostrado ser los campeones del amiguismo, primero con sus escándalos corporativos de los años recientes, y ahora en Iraq. Los capitalistas asiáticos se habrán robado algún botín prestado, pero al menos no mezclaron las finanzas con la guerra.