NUEVA YORK – Estados Unidos es dos culturas en una nación. La primera produjo la esclavitud, el genocidio de los nativos americanos, las leyes de segregación racial y las bravuconadas, mentiras y crueldades del expresidente Donald Trump, que culminaron en la insurrección del 6 de enero en el Capitolio. La segunda produjo la emancipación, el movimiento por los derechos civiles, la presidencia de Barack Obama y ahora la elección de Joe Biden. La cultura supremacista blanca (perteneciente a una minoría cada vez más pequeña en Estados Unidos) basó siempre su poder en la violencia y en la supresión de votantes. Por eso la batalla que ambas están librando (en los estados y en Washington) por el derecho al voto es una batalla por el futuro de Estados Unidos.
NUEVA YORK – Estados Unidos es dos culturas en una nación. La primera produjo la esclavitud, el genocidio de los nativos americanos, las leyes de segregación racial y las bravuconadas, mentiras y crueldades del expresidente Donald Trump, que culminaron en la insurrección del 6 de enero en el Capitolio. La segunda produjo la emancipación, el movimiento por los derechos civiles, la presidencia de Barack Obama y ahora la elección de Joe Biden. La cultura supremacista blanca (perteneciente a una minoría cada vez más pequeña en Estados Unidos) basó siempre su poder en la violencia y en la supresión de votantes. Por eso la batalla que ambas están librando (en los estados y en Washington) por el derecho al voto es una batalla por el futuro de Estados Unidos.