MADRID – Pacífico u Oriente Medio, esta es la cuestión. Mientras el resto del mundo respira aliviado y saluda con optimismo la reelección de Obama, se presentan dos focos geopolíticos que reclaman la atención de Estados Unidos. Uno representa el futuro y el otro es el pasado. El primero es el Pacífico, protagonista de una campaña electoral marcada por las referencias al ascenso de China. El segundo es el que ha mantenido empantanado a Estados Unidos durante las últimas décadas: un Oriente Medio bajo el eterno conflicto entre Israel y Palestina, la inestabilidad en Irak, la primavera árabe, la guerra civil siria y la crisis de Irán.
MADRID – Pacífico u Oriente Medio, esta es la cuestión. Mientras el resto del mundo respira aliviado y saluda con optimismo la reelección de Obama, se presentan dos focos geopolíticos que reclaman la atención de Estados Unidos. Uno representa el futuro y el otro es el pasado. El primero es el Pacífico, protagonista de una campaña electoral marcada por las referencias al ascenso de China. El segundo es el que ha mantenido empantanado a Estados Unidos durante las últimas décadas: un Oriente Medio bajo el eterno conflicto entre Israel y Palestina, la inestabilidad en Irak, la primavera árabe, la guerra civil siria y la crisis de Irán.