MELBOURNE – Si la amplia prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial que se ha sostenido ya por seis décadas llega a su fin, tanto los Estados Unidos como Europa serán los responsables. Con raras excepciones, la política se ha convertido en una profesión desacreditada a lo largo de todo el Occidente. Siempre se trata al mañana como más importante que la próxima semana, y la próxima semana prevalece sobre el próximo año, y nadie busca garantizar el futuro a largo plazo. Ahora el Occidente está pagando el precio.
MELBOURNE – Si la amplia prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial que se ha sostenido ya por seis décadas llega a su fin, tanto los Estados Unidos como Europa serán los responsables. Con raras excepciones, la política se ha convertido en una profesión desacreditada a lo largo de todo el Occidente. Siempre se trata al mañana como más importante que la próxima semana, y la próxima semana prevalece sobre el próximo año, y nadie busca garantizar el futuro a largo plazo. Ahora el Occidente está pagando el precio.